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Reseña | Pukata, pescados y mariscos - Men Marías

    
Pukata, pescados y mariscos
de Men Marías


Género | Narrativa contemporánea
Editorial | Ediciones Traspiés
Fecha de publicación |  Marzo del 2018
Páginas | 224

El Pukata es un restaurante en la costa mediterránea en el que sus camareros comparten unas vidas apasionadas entre platos y clientes, con problemas y conflictos no exentos de humor. Gabino, un joven colombiano, ama a la seductora y exuberante Perla, quien por su parte tiene sus propios y ambiciosos planes para el futuro. 

Un día don Julio, el tiránico dueño del Pukata, les comunica que deben ganar a cualquier precio un concurso gastronómico.



Sobre la autora Men Marías



Men Marías, seudónimo utilizado por la escritora Carmen Salinas Arrojo, nació en Granada y tras pasar buena parte de su vida en Madrid ha regresado a su ciudad natal para dedicarse a la literatura. Ha obtenido diversos galardones literarios como el segundo Premio de narrativa Carmen Martín Gaite, o un accésit en el Premio Torrente Ballester de Novela en Lengua Castellana 2017. Asimismo fue ganadora del Concurso de Relato Corto y Poesía Gerena 2017 y del Certamen Filosófico de Literatura e Ilustración 2017. Es autora de la novela El Alma de las Flores (Ediciones Carena). Es licenciada en Derecho y actualmente colabora como columnista literaria en el periódico Granada Digital.




Opinión personal


¡Hola, queridos ecos! Hoy os vengo a hablar de Pukata, pescados y mariscos que llegó a mí gracias a la autora y a la editorial (¡muchas gracias!). Cuando leí la sinopsis llamó mi atención y cuando descubrí que, además, había ganado un premio de narrativa, mis expectativas se dispararon. Y no han caído en saco vacío, las ha cubierto sin ningún problema. 

Gabino es un joven colombiano que trabaja en un restaurante —el Pukata— junto a otros compañeros inmigrantes y bajo el mando del ruin don Julio que, además de tenerlos trabajando en unas condiciones deleznables, les despoja de cualquier tipo de dignidad. Sin embargo, este no es el centro de sus problemas, Gabino siempre se encuentra preocupado por otras tres razones: su hija Camila vive con su madre en Colombia y él no puede siquiera ir a conocerla porque su padre tiene deudas en su país; está enamorado de Perlita, la mujer de don Julio, con quien mantiene una relación en secreto y vive en constante miedo de ser descubierto y, por último, está convencido de que cuando cumpla 35 años —evento que no dista mucho del presente— morirá tal y como les ocurrió a su madre y a su hermana por padecer epilepsia. A estas preocupaciones se le suma que, además, don Julio decide apuntar al Pukata a un concurso gastronómico y pone a Gabino al mando; en este reto no sólo están en juego el prestigio del restaurante y una gran cuantía de dinero, sino que también peligra su puesto de trabajo.

En primer lugar destacaré el único punto que me ha hecho no darle las 5 estrellas finalmente, pues por todo lo demás me parece una obra muy crítica y que toca temas de tremenda actualidad en nuestro país. Lo que no ha terminado de convencerme es que tiene un ritmo demasiado lento y esto provoca que cueste avanzar en la lectura; además, puesto que la historia está narrada desde el punto de vista de Gabino, constantemente le da vueltas a lo mismo y esto consigue, en algunos momentos, fatigar al lector. A pesar de que soy consciente de que esta narrativa tiene por fin reflejar el desasosiego del protagonista y ponerte en su piel, resulta excesivo en muchos puntos de la historia.

Sin embargo, estos puntos negativos no han conseguido eclipsar el verdadero mensaje de la novela: una crítica a la xenofobia y al racismo. De todos es sabido que nuestro país posee muchas virtudes pero entre ellas no está la tolerancia y mucho menos la aceptación de la diversidad en ninguna de sus variantes (orientación sexual, origen étnico, salud mental, discapacidad...). Lejos de tratar la temática de una forma ajena y distante —a través del punto de vista de un español, por ejemplo— la autora hace un uso excepcional de la voz del propio inmigrante para hablar de su situación en España. 
—¿Está cansado del Americano?                                                                                                    —Cansado ser moro, amigo.                                                                                                          —Venga, Zayed, no se tome en serio lo de Moro, acá todo el mundo tiene motes, ya lo sabe.                                                                                                                                     —No. No mote. Ser moro en España. 
A pesar de que el racismo no es el tema principal de la novela, éste está presente en cada una de las páginas y de forma sutil a través de las vivencias del protagonista y de sus compañeros. 
Allá estaba de nuevo en la vida, y en la vida, al menos nosotros, los inmigrantes, no podemos hacer nada más salvo luchar. A eso no nos gana nadie.
La autora aprovecha que toda la acción se desarrolla en un lugar de trabajo —el Pukata— para, no sólo hablar la explotación a la que se ven sometidos muchos inmigrantes en España, sino también para poner en evidencia los rasgos característicos de aquellas personas que se creen por encima de ellos por ser españoles. En el caso de esta novela, este personaje lo encarna don Julio, el dueño del Pukata. 
Don Julio sin nosotros no podría mantener su imperio. ¿Qué tal si contratara españoles y les pagara lo que acá se cobra? ¿Qué tal si esos españoles exigieran que se les tratase con respeto y dignidad como acá en España se suele tratar? No duraría un día.  
Otro de los aspectos que más me han gustado de la novela es que, para ello, los personajes utilizan un lenguaje cargado de expresiones y palabras procedentes de su país. De buenas a primeras, esto no tendría que ser algo a destacar pues es lógico que personas procedentes de otros países utilicen su propio lenguaje para expresarse; sin embargo, no exagero cuando digo que esta es la primera novela que leo en la que se trata con tanto cuidado y cariño cada aspecto de una cultura diferente a la nuestra. Normalmente cuando en un libro aparece alguien que procede de otro país, para recalcarlo se meten con calzador en el diálogo un par de expresiones propias de dicha cultura (las que todo el mundo conoce) y ya queda todo hecho. Sin embargo, en Pukata, pescados y mariscos esto está presente durante toda la novela y quería recalcar lo importante que considero que se haya mantenido intacto este aspecto en la novela. 

Acerca del Pukata he de decir que me ha parecido magistral su uso para reflejar cómo sería un mundo en el que diferentes culturas pudieran convivir en armonía. A pesar de sus distintos orígenes, los trabajadores del restaurante, con sus más y sus menos, consiguen llegar a un entendimiento que lleva a convertir al Pukata en un centro gastronómico ejemplar. Entre sus cuatro paredes desaparecen las fronteras y, a través de la mezcla de los sabores de cada país, este mensaje llega al lector.  
¡Que nos sentíamos en casa, oigan! ¡Qué allá no había España, ni Colombia, ni Líbano... ni nada! ¡El Pukata! ¡La cocina del Pukata! ¡El techito de madera del Pukata! ¡Aquello era nuestro territorio, sin nacionalidad! ¡Allá el Moro nos ponía música árabe y la Escritora la bailaba con las caderas! ¡Allá éramos nosotros! ¡Allá éramos todos hermanos, miembros de un mismo territorio! El Pukata. 
Para ir cerrando la reseña, la evolución de los personajes me ha parecido muy destacable. Todos ellos cuentan con un sinfín de matices y la autora se encarga de darle profundidad hasta al personaje más secundario. En quién más se puede percibir este cambio es, como resulta obvio, en Gabino, nuestro protagonista. Su historia nos la cuenta desde la cárcel (esto no es spoiler, pues la novela empieza relatando cuál es su situación) y todo gira entorno a los meses anteriores, pues necesita explicar cómo llegó ahí. Es a través de su relato que podemos apreciar cómo pasa de ser una persona conformista y que deja que la vida le lleve de un lado a otro sin hacer nada, a alguien que lucha por lo que quiere y que tiene muy claras sus prioridades. 
Por aquella época era tan estúpido que pensaba que los hombres no lloramos, pero el Moro me estaba demostrando que no era así, que el hombre, el macho, el hombre de verdad, pelea, como hizo él; y si por el camino tiene que llorar llora. Pero pelea.
Por último me queda por subrayar que el final deja muy buen sabor de boca, pues a pesar de ser de todo menos predecible, consigue cerrar la historia de una forma redonda.


En definitiva...

Me ha gustado...

La crítica a la xenofobia y al racismo en España; el uso del lenguaje propio de otro país; la descripción del Pukata como un mundo en el que pueden convivir distintas culturas y la evolución de los personajes y el final. 


Te gustará si...

Te gusta aprender acerca de otras culturas y leer cómo, de forma crítica, se habla de la actitud que toma España como país con personas de diferentes nacionalidades.
No me ha gustado

Su ritmo es demasiado lento y la repetición constante de los problemas del protagonista consiguen fatigar al lector en muchos momentos de la lectura.



Mi puntuación
                  
 





















11 comentarios:

  1. Es probable que lo lea en el futuro ❤

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  2. ¡Me encantó esta novela!, su autora escribe muy bien ❤️

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  3. No es un libro que me llame mucho y con todo lo que tengo pendiente, creo que lo voy a dejar pasar.
    Besos

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  4. Si ya me cuesta a veces por el tirmo leer en un español bien cuidado, por muy bueno que sea el libro, no es de los libros que suelo elegir para mis momentos de entretenimietnos.
    Pero me gusta el mensaje que lleva y ojalá la gente fuera más consciente de que todos somos iguales, con nuestras riquezas y nuestras penurias.
    B7s

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  5. Por el momento lo voy a dejar pasar por que no me llama mucho la atención, pero gracias por tu reseña :)

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  6. Hola!
    No conocía este libro y tampoco me llama demasiado, así que lo dejo pasar.
    Besitos :)

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  7. ¡Buenas!

    La verdad es que no me llama en demasía, no me atrae mucho pese a las cosas buenas que dices. Pero además, si tiene un ritmo lento, desde luego lo dejo pasar porque no aguanto mucho últimamente las lecturas así.

    Gracias igualmente por la reseña.

    ¡Un beso!

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  8. Holaaa
    La verdad es que no me atare demasiado, no es algo que me apetezca leer ahora, y si dices que el libro es lento...mejor en otra ocasión =)
    Un besito^^

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  9. Holaaaa
    No lo conocía, la verdad, pero me ha dado curiosidad tu reseña, has creado esa chispa de interés en mi
    me lo apunto, veremos si me gusta
    Un besito ❤

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  10. Hola!! Aunque me ha encantado tu reseña, el libro no termina de llamarme, pero tampoco lo descarto para más adelante. ¡Gran reseña! Besos!!

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  11. Vaya, es un libro que no conocía y cuya sinopsis no me había llamado la atención, así como el título y la portada, pero leerte me ha hecho verla de otra manera. Me parecen muy interesantes los temas que trata. Miraré más reseñas y lo pensaré.

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