.

Últimas reseñas La chica arcoíris Oposición Mi hogar lleva tu nombre Victorian Psycho Has llamado a Sam Papá nos quiere

Reseña | La chica arcoíris - Aida Martí Lluch

La chica arcoíris
de Aida Martí Lluch


Género | Narrativa juvenil
Editorial | Akane Editorial
Fecha de publicación | Junio de 2025
Páginas | 496

Ben odiaba las avispas que revoloteaban dentro de su cabeza, las notas académicas y que no apreciaran su humor.

Eleanor detestaba la leucemia, pasar un día entero sin escuchar música y que su ropa no fuera conjuntada de un mismo color.

Ben pensaba que Eleanor era antipática, borde y demasiado sincera.

Eleanor opinaba que Ben era insoportable y un sabelotodo que se creía el doble de gracioso de lo que realmente era.

A pesar de ser compañeros de clase y vecinos, ambos estaban decididos a ignorarse. No contaban, claro, con que la profesora de fundamentos del arte tenía planes distintos. Como, por ejemplo, sentarlos juntos y obligarlos a hacer un trabajo en pareja.

Esta es la historia de una chica con leucemia y un chico que no se atrevía a vivir, de una chica que se rompía y un chico que también, de dos personas que, a pesar de no necesitarse, se encontraron y descubrieron que la vida al lado del otro era más bonita.

Esta es la historia que narra que a veces una amistad puede salvarnos.
Sobre la autora Aida Martí Lluch


Aida Martí Lluch (7 de noviembre del 2000) es una escritora de 22 años de Valencia. Desde niña fue una lectora voraz y su amor por la lectura acabó desembocando en un amor por la escritura. Empezó a escribir a los dieciséis años y desde entonces no ha parado. Siempre ha sentido inquietud por las disciplinas artísticas y, por eso, acabó estudiando la carrera de arte dramático. Actualmente intenta compaginar su faceta de actriz con la de escritora.

El género que más le gusta escribir es la novela contemporánea juvenil y al contar una historia se centra, sobre todo, en los personajes.

Este año está estudiando un máster de escritura creativa y un curso de marketing editorial. Además, el ministerio de cultura y deporte le ha concedido una subvención para su próximo proyecto literario
La chica arcoíris
.

Fotografía en Akane Editorial x

Opinión personal

¡Hola, queridos ecos! Hoy os traigo la reseña de La chica arcoíris de Aida Martí Lluch, que me conquistó por su portada y me llegó al corazón por su historia. Desde luego, es una novela que se queda conmigo y no voy a olvidar nunca por todo lo que me ha hecho sentir.

Ben es el chico listo de la clase. Saca siempre muy buenas notas y se enorgullece de no dar nunca problemas a su madre, que los saca adelante a él y a su hermana después de que el padre los abandonara. Para ayudarla con esta ardua tarea, Ben está disponible a todas horas para cuidar de su hermana pequeña, Ariadna, y para hacer todo lo que su madre necesite de él. 

A pesar de todas las responsabilidades que carga a las espaldas con tan solo 16 años, todo parece irle bien en el instituto. Así es hasta que, en una clase, le ponen de compañera de trabajo a Eleanor, la chica que ha llegado hace poco a la ciudad y que falta mucho al instituto. Mientras él intenta hacer de tripas corazón y sacar el trabajo adelante, ella no está interesada en absoluto. Ben, como es lógico, se lo echa en cara.

Lo que no sabe Ben —ni nadie en el instituto— es que Eleanor padece leucemia y sus ausencias escolares no son otra cosa que los días de quimioterapia o ingresos hospitalarios. A raíz de su enfermedad y a sabiendas de que la tratarían diferente si lo supieran, ha decidido no contar nada y ser distante con todo el mundo. No puede permitirse cogerle cariño a nadie cuando su vida está pendiendo de un hilo. ¿Podrá aguantar la farsa mucho más tiempo?
La chica arcoíris es una novela de 496 páginas que se dividen en 41 capítulos de longitud media, más un prólogo y un epílogo. Antes de entrar en detalles, destacar el diseño de la cubierta de la mano de @laranna_art,  que no puede ser más bonita, así como los cantos pintados, cuyo significado solo entiendes cuando has leído el libro. Además, yo compré el libro desde la propia editorial y venía con un marcapáginas, dos pegatinas preciosas (una de Eleanor y otra de Ben) y un overlay de @kaiya_paint que al igual que los cantos pintados, cuando lo entiendes es un disparo al corazón. Además, a nivel de edición y estético, la maquetación es muy bonita y cuidada: tiene dentro ilustraciones, los capítulos de cada uno de los personajes están encabezados con dibujos que les definen, los diálogos por WhatsApp están muy bien diseñados; ¡incluso el número de las páginas tiene un dibujito (una cinta de cassette que refleja perfectamente la pasión de Eleanor por la música)! Un 10 a Akane Editorial por el mimo con el que han tratado esta historia, que aunque el contenido es lo importante (¡y en este caso es una delicia!), el envoltorio también está a la altura.

La historia está narrada en tercera persona y en pasado a dos voces, la de Ben y la de Eleanor. Que cada capítulo lo narre uno de los personajes permite al lector tener una doble perspectiva de lo que está ocurriendo. Especialmente en los primeros capítulos del libro, cuando aún no son amigos, es fundamental saber qué están viviendo —y sintiendo— cada uno de ellos.

En cuanto al ritmo de la historia, es pausado, que no lento. Gracias a ello, somos partícipes de cómo se va construyendo la amistad poco a poco, de forma coherente. El libro no hubiera funcionado igual de bien si, de la nada, Eleanor y Ben se hacen inseparables tras ser prácticamente dos extraños en clase. 

Otro de los grandes puntos fuertes de La chica arcoíris es la pluma de Aida Martí Lluch. ¡Cuánta belleza! La novela, que podría haber caído perfectamente en el melodrama y en las frases facilonas de superación, se aleja de esto gracias a un equilibrio perfecto entre cotidianeidad y escenas dramáticas. Mientras lees, realmente sientes que estás viviendo el día a día de dos adolescentes, con sus preocupaciones típicas de la edad y otras que no les corresponderían porque ambos, a su manera, tienen más responsabilidades y problemas que otras personas de su edad. En cuanto al dramatismo, está en su justa medida y no busca la lágrima fácil; te emocionas, cómo no hacerlo, pero porque la historia está tan bien construida y se le coge tanto cariño a los personajes, que hay escenas que son como una puñalada al corazón.
Los personajes son una absoluta maravilla. Son complejos y están construidos con mucho mimo y al detalle. 

Ben es un chico de notas sobresalientes que tiene una incesante necesidad de complacer y agradar al resto, que se traduce en un perfeccionismo que le satura y, cuando no logra alcanzar sus propios estándares, le genera ansiedad; esta última, en la novela, aparece en forma de abejas que empiezan a zumbar en situaciones muy estresantes. Asimismo, y aunque no lo parezca en un principio, es muy inseguro y se siente prescindible y minúsculo en comparación con los demás.
Ben no dijo nada, le dio su espacio por si le apetecía añadir algo más. Se le daba bien escuchar. Demasiado bien, en opinión de Eleanor. En ocasiones debería hablar más, reclamar su espacio y hacerse visible.
Ben también tiene un gran sentido de la justicia y, cuando a su alrededor está pasando algo que le parece injusto, no se doblega, da la cara y alza la voz. 
Eleanor no le caía bien. Era antipática, desagradable y se comportaba con él de una manera que no se merecía, pero eso no daba permiso a veintitrés personas a reírse y burlarse de ella. Su madre le había educado mejor que eso. Había ciertos límites que no estaba dispuesto a cruzar.
Otro de sus rasgos más destacables es que todo lo racionaliza; frente a esta mentalidad cuadriculada y racional, Eleanor le ayuda a soltarse, a sentir y a dejarse llevar.
Si empiezas a racionalizar lo que tienes que hacer va a ser peor, Ben. Es como la música, hay cosas en este mundo que no funcionan si las haces con la cabeza. A veces tienes que dejar que sea el cuerpo quien tome el control.
En cuanto a Eleanor, primero la percibimos, bajo la mirada de Ben, como una persona borde y seca, además de irresponsable y egoísta. No obstante, conforme ambos protagonistas se van acercando, descubrimos su buen corazón y su fortaleza. Bajo esa fachada distante se encuentra una chica muy divertida, alegre madura. Uno de sus mayores miedos es que la gente de su alrededor la trate diferente por padecer cáncer, lo que la lleva a ocultarlo.
¿Tanto era pedir que la gente la viera a ella, a Eleanor, y no a su enfermedad?
A diferencia de Ben, Eleanor es una persona más emocional, le encanta la música —en la que ha encontrado un refugio ante tanto sufrimiento— y vestir cada día de un único color. A destacar, cómo no minimiza los problemas de los demás a raíz de tener leucemia. Lejos de mirar solo por ella y su bienestar —que hubiera sido una actitud totalmente lícita dada su situación—, se preocupa por sus seres queridos y hace todo lo posible porque estén bien.

—Tú también puedes contarme tus problemas. Que no tengas leucemia no implica que no te puedas quejar.                                                                                   Eleanor sabía por experiencia que mucha gente se callaba los problemas delante de ella por no molestarla. Era algo así como: «mi novio me va a dejar, pero no es tan grave como tener leucemia, así que no puedo contárselo a Eleanor»; o bien «mis padres no paran de gritarse y creo que se van a divorciar, pero no es tan grave como tener leucemia, así que no puedo contárselo a Eleanor»; o «no me han cogido en la universidad de mis sueños, pero no es tan grave como tener leucemia, así que no puedo contárselo a Eleanor».                                                                                                                                                  No quería que Ben hiciera eso.                                                                                                        —Mis problemas no le quitan peso ni importancia a los tuyos. Da igual lo insignificantes o estúpidos que parezcan, si te preocupa y te duele, es válido y real. Lo que te pase no es más grande ni más pequeño que lo que me pase a mí, ¿vale? Son cosas distintas y ambas importan por igual. 

Los personajes secundarios tampoco tienen desperdicio: Llum, la madre de Ben y Ariadna, como retrato de la madre que lo da todo por sus hijos; Ariadna, que con su curiosidad, espontaneidad y dulzura, ameniza la trama cuando se vuelve muy dura; Sergio y Marga, los padres de Eleanor, que se desviven por su hija y su bienestar; y, en especial, Héctor, el primo de Eleanor, que es su mayor apoyo y la sigue tratando como la Eleanor de antes de la enfermedad.
Una de las cosas que más le gustaba de Héctor era que la trataba como Eleanor, simplemente. La enfermedad estaba ahí, claro que sí, en cada paso que daba, en cada respiración que tomaba, pero no dominaba todo el dibujo. No la borraba a ella.
La chica arcoíris aborda multitud de temas, algunos relacionados con el cáncer —lo que supone tanto para quien lo padece como para sus seres queridos— y otros con la adolescencia y la familia.

En lo relativo a la leucemia, el libro relata el presente de Eleanor, que se encuentra en fase de recaída, pero también retrata el momento del diagnóstico y todo el proceso de aceptación de la enfermedad.
Hay palabras que pesan mucho, palabras que dan miedo, que aterrorizan, que paralizan. «Leucemia» es una de ellas. Podía parecer terrorífica, pero la realidad era mucho peor.
El libro también refleja los retos de padecer cáncer siendo adolescente: dificultades a la hora de mantener el ritmo de estudio de los demás, ausencia escolar, complicaciones a la hora de establecer relaciones con iguales... Aunque en este caso se trata la leucemia, esto es aplicable a cualquier enfermedad que implique mucha revisión y control médico.

Por un lado, se tratan los complejos sentimientos de la persona enferma: el dolor llevado en silencio, la culpa, el miedo a la muerte, el no querer que los demás sientan lástima o la traten diferente... Por otro, también llegamos a vislumbrar cómo lo viven las personas cercanas, como la familia o los amigos.
Eleanor se empeñaba en hacer las cosas sola y en guardárselo todo, pero necesitaba tener a su lado a las personas que quería. Aunque fuera ella la que tuviera leucemia, aunque fuera ella la que tuviera que tomarse los medicamentos, no podría hacerlo sin sus padres, sin Héctor y sin Ben.

—Sé que hacéis todo lo que podéis. Me ayudáis y me apoyáis. —No iba a poder contener mucho más rato las lágrimas—. Y os lo agradezco de corazón. Pero os olvidáis de algo fundamental: soy yo la enferma. Lo único que os pido es que respetéis mis decisiones. Igual no son las que vosotros habríais tomado, y sí, igual son erróneas, pero es mi vida. Es lo poco que aún me queda. Lo poco que aún me pertenece.

También es interesante cómo la autora explora en esta historia la muerte. En muchas ocasiones, es Eleanor la que verbaliza su miedo ante la posibilidad de morir, mientras que muchas de las personas que la rodean aún están en fase de negación de la realidad o tratan el tema como un tabú. Y es que, ¿cómo se afronta la posibilidad de que alguien a quien quieres muera?

Asimismo, a través de Ben se exploran tópicos relativos a la construcción de la identidad, la ansiedad, la búsqueda de la perfección y la necesidad de agradar a todo el mundo.
Tus fracasos y errores no te quitan valor. El ser perfecto tampoco te lo aumenta. Vales, simplemente, por ser tú.
No obstante, la esencia del libro es la amistad, lo importante que es tener amigos que estén contigo en las buenas y en las malas, que te quieran tal y como eres y te ayuden a ser la mejor versión de ti mismo. Es, sin lugar a dudas, lo más bonito y emotivo de la novela, cómo Ben y Eleanor pasan de ser compañeros de clase a pilares fundamentales en la vida del otro.
Hay días en los que creo que eres lo que mantiene a Eleanor a flote. Le sacas más sonrisas que todos nosotros juntos. Cuando llegas, por triste que esté, los ojos se le llenan de luz. Le das fuerza. Le haces reír. Hay algo diferente en ella cuando estáis juntos en la misma habitación.
Escúchame bien, tener cáncer no implica que debas renunciar a las cosas que te hacen feliz. Siempre dices que quieres que la gente vea más allá de tu enfermedad, entonces, ¿por qué no lo haces tú?

—Debería… debería ser fuerte.                                                                                                   —A veces la fuerza está en reconocer que necesitas ayuda.

                         A veces lo que tú quieres dar no es lo que alguien necesita. 

A veces lo más valiente que uno puede hacer es aceptar que necesita ayuda. 

En definitiva...

La chica arcoíris es una novela que retrata la amistad entre una adolescente que padece leucemia y su compañero de clase, que siente que su única valía reside en su capacidad para adaptarse a los deseos de los demás. Ambos, perdidos cada uno a su manera, hallan en el otro un salvavidas al que agarrarse, alguien que les escucha sin juzgar, con quien ser uno mismo y hablar de miedos y pasiones. Ben, por su parte, es un muchacho de buen corazón que debe aprender a creer más en sí mismo y a no cargar con responsabilidades que no le corresponden, mientras que Eleanor debe abrir su corazón y perder el miedo a que otros la vean simplemente como una persona enferma. Con una pluma en perfecto equilibrio entre el drama y la belleza, Aida Martí Lluch relata una historia sobre la enfermedad, la pérdida, la adolescencia y, sobre todo, la capacidad de la amistad para sacarnos de los pozos más oscuros.
Me ha gustado

La edición es preciosa: la cubierta, los cantos pintados, la maquetación, los extras que vienen al comprar el libro a través de la editorial...

Que el libro esté narrado a dos voces permite que el lector sepa en todo momento la perspectiva tanto de Eleanor como de Ben.

El ritmo de la historia es pausado, por lo que el lector puede experimentar cómo la amistad se va forjando poco a poco.

Los personajes están muy bien construidos y son complejos; además de los protagonistas, los personajes secundarios también brillan por sí mismos.

Trata en profundidad temas como la leucemia, cómo pueden sentirse quienes la padecen y las personas a su alrededor, la muerte, la ansiedad, la búsqueda de la perfección y la amistad.

Puntuación

Portada: 5 / 5
Narración: 4,5 / 5
Estructura: 4,5 / 5
Personajes: 5 / 5
Trama: 5 / 5
Final:  / 5
       
 No me ha gustado
















Puntuación final


2 comentarios:

  1. Hola :)
    No conocía su historia. Su argumento me gusta, así que me lo llevo apuntado.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola! Casi siempre trato de evitar libros que tarden temas tan duros, lo paso demasiado mal y no me compensa. Un besote :)

    ResponderEliminar