Reseña | Fluyan mis lágrimas, dijo el policía - Philip K. Dick

    Fluyan mis lágrimas, dijo el policía
de Philip K. Dick

Traducción de Domingo Santos

Género | Ciencia ficción

Editorial | Minotauro

Fecha de publicación | Reedición de septiembre de 2019, originalmente de 1974

Páginas | 304

Jason Taverner es un seis, un súperhumano mejorado genéticamente. Pero también es un ídolo televisivo adorado por treinta millones de personas. O lo era hasta que una mañana, al despertar, descubre que sus documentos de identidad han desaparecido, que no hay ningún registro sobre él en las extensas bases de datos de la policía ni el gobierno, y que ni sus amigos ni sus seguidores tienen el menor recuerdo de él.

Jason Taverner es un completo  desconocido en unos Estados Unidos convertidos en un estado policial, en el que una persona sin identificación está condenada a terminar en un campo de trabajo.

Sobre el autor Philip K. Dick

Philip K. Dick (1928-1982) es autor de 36 novelas de ciencia ficción y 121 relatos breves en los que exploró la esencia de lo que hace al hombre humano, así como los peligros del poder centralizado. Hacia el final de su vida enfocó su trabajo hacia cuestiones metafísicas profundamente personales relacionadas con la naturaleza de Dios. Muchas de sus novelas y cuentos cortos han sido llevados al cine y la televisión, entre los que destacan Blade Runner (basada en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?), Desafío total, Minority Report y El hombre en el castillo. A lo largo de su carrera, que abarcó tres décadas, recibió el reconocimiento de la crítica y numerosos premios. En 2005 fue incluido en el Salón de la Fama de la Ciencia Ficción.

Opinión personal

¡Hola de nuevo, queridos ecos! Hacía mucho tiempo que no me pasaba por aquí y ya iba siendo hora, ¿no? Durante la cuarentena ha leído bastante pero no me he animado a escribir muchas reseñas. Eso sí, las tengo todas en proceso e iré subiéndolas poco a poco.

En esta ocasión os traigo mi opinión sobre Fluyan mis lágrimas, dijo el policía de Philip K. Dick gracias a Masa Crítica de Babelio. Cuando vi el ejemplar en el listado decidí postular por él porque nunca había leído al autor, además de que la ciencia ficción es un género que tengo bastante abandonado y que me gustaría explorar más. Con esa premisa me parecía un tema de lo más interesante. ¿Qué pasaría si, de un día para otro, dejásemos de existir para todo el mundo? ¿Cómo reaccionaríamos si todo lo que hemos vivido hasta el momento no hubiese significado nada?

¿Ha respondido el autor a todas estas preguntas? ¿Ha cumplido el libro con mis expectativas? No, en absoluto. La historia ha resultado un mero entretenimiento, con algunas reflexiones interesantes, pero que no me ha marcado como esperaba. A continuación os cuento por qué.

Corre el año 1988 y Estados Unidos se encuentra sumido bajo un régimen policial.

Jason es un seis, un humano mejorado genéticamente. Lo tiene todo en la vida: dinero, fama, amor... Sin embargo, un día despierta y ya no es nadie. No hay documentos que prueben su existencia y, por tanto, es un peligro para el Estado. 

Ante esta situación que amenaza con enviarle directo a un campo de trabajos forzosos, se embarca en una trepidante huida. En el camino se encontrará con personas dispuestas a ayudarle y otras... Que no tanto.

El libro captó mi atención por su portada, primero porque es muy llamativa y particular y segundo porque te hace reflexionar y preguntarte qué querrá decir. Ahora, tras haberlo terminado la entiendo mejor y me parece más adecuada todavía.

Además de la imagen, algo que me gustó mucho del libro a nivel estético es su tacto, que es realmente agradable.

Fluyan mis lágrimas, dijo el policía es una novela compuesta por 27 capítulos —tanto cortos como largos— y un epílogo, estructurándose la historia en cuatro partes de diferente longitud. Todas ellas van introducidas por unos versos, detalle que me ha gustado bastante, aunque me ha costado encontrarles luego la relación con el contenido de los capítulos.

Narrada en tercera persona y en pasado, la historia se cuenta de forma lineal y cronológica, sin alternar con ningún otro tiempo.

Respecto a la pluma del autor, es mi primer contacto con Philip K. Dick y he de decir que no me ha convencido demasiado. Aunque ha habido reflexiones y momentos en los que sí me ha gustado cómo el autor juega con las palabras, los diálogos me han parecido muy surrealistas y me ha faltado una descripción más pormenorizada del mundo que ha construido, pues se me ha quedado demasiado desdibujado. No soy muy asidua de este género y, en un principio, pensé que ese era mi problema con la historia, la falta de familiaridad. Sin embargo, con otros libros de ciencia ficción que he leído no he sentido esta desconexión, por lo que solo queda pensar que es esta obra en particular la que no me ha fascinado especialmente.

El ritmo de la historia ha sido, a mi parecer, bastante irregular. Empieza de forma frenética y te atrapa porque no sabes por dónde te va a llegar al autor. Sin embargo, durante el desarrollo de la trama, pierde fuelle, recobrándolo poco a poco hacia el final.

Como acabo de mencionar, que el universo de la historia esté desdibujado ha sido mi mayor decepción con el libro. Esperaba más información acerca de cómo funcionaba este mundo distópico y, a mi parecer, el autor ha dado meras pinceladas sin llegar a construir en profundidad.

De la trama, la premisa me pareció de lo más original y es por ello que me animé con este género en el que no suelo moverme mucho. Al principio, cuando Jason pierde su identidad y tiene que empezar a encajar las piezas para intentar entender qué sucedió, me recordó a un libro que disfruté muchísimo. Se trata de Neverwhere de Neil Gaiman. Me gustó encontrar similitudes, aunque la historia no tuviese nada que ver, en la forma en la que reaccionaban los personajes ante su "desaparición" del mundo.

No existo, se dijo a sí mismo. No existe ningún Jason Taverner. Nunca existió y nunca existirá. Al diablo con mi carrera; solo quiero vivir. Si alguien o algo desea borrar mi carrera, de acuerdo: es libre de hacerlo. Pero ¿no me será permitido existir?

Otro aspecto que me ha gustado mucho es que, de vez en cuando, los personajes hacen profundas reflexiones acerca de temas como el amor, el sufrimiento o el duelo. La relativa al amor, en especial, me resultó preciosa.

—El amor no es solo desear a otra persona del modo que uno desea poseer un objeto que ve en una tienda —dijo Ruth—. Eso es simple deseo. Uno quiere tenerla consigo, llevársela a casa y colocarla en algún lugar del apartamento, como si fuera una lámpara. El amor es... —hizo una pausa reflexiva— como un padre salvando a sus hijos de una casa en llamas, sacándolos, y luego muriendo él. Cuando uno ama deja de vivir para sí mismo; vive para otra persona.

De la historia también me ha gustado el final, que aunque no era lo que me esperaba, me ha dejado satisfecha en gran medida. El autor consigue en el desenlace dejarme buena sensación del libro, aunque hay varios flecos sueltos que deja sin resolver y de los que me hubiese gustado obtener respuesta.

Finalmente, de los personajes solo me quedaría con dos secundarios: Alys, la hermana de uno de los policías, y Mary Anne. La primera me pareció muy bien construida, además de contar con una personalidad arrolladora y atrayente; de la segunda, toda bondad, me hubiese gustado conocer más entre las páginas del libro. Además, la relación del protagonista con ella es lo más dulce y más sincero en toda la historia.

En cuanto a Jason, no he conseguido empatizar con él en ningún momento y, aunque sí se puede percibir la evolución de su personaje a lo largo de la novela, no me he sentido cercana a él en absoluto. Tal vez sea esta una de las razones por las que me ha costado tanto conectar con la historia.

No asumes ninguna responsabilidad por las consecuencias de tus actos con respecto a otros. Moral y éticamente, vas a la deriva. Atacando aquí y allá, y sumergiéndote de nuevo. Como si nada hubiese ocurrido.

Uno puede olvidar cualquier tipo de amor, excepto el que ha sentido hacia los hijos.

La pena te une con lo que has perdido.

¿Nunca ha amado a un niño? Hace que a uno le duela el corazón, la parte más interna del yo, allá donde uno puede morir con facilidad.

—Si uno ama, uno puede difuminarse y contemplar...
—No estoy dispuesto a difuminarme —interrumpió Jason.
—...uno puede difuminarse y contemplar con felicidad, con una alegría fría, dulce, alfa, la mayor forma de felicidad, el vivir en uno de aquellos a los que se ama. 

¿Estoy pagando por algo que hice?, se preguntó a sí mismo. ¿Por algo que ignoro o que no recuerdo? Pero nadie paga por sus actos anteriores, reflexionó. Aprendí eso hace mucho tiempo; uno no rinde cuentas por el mal que ha hecho ni por el bien que ha hecho. Al final todo queda equilibrado.

El miedo puede hacerle mucho más daño que el odio o los celos. Si uno tiene miedo no acaba de entrar totalmente en la vida; el miedo hace que uno trate siempre, siempre, de reservarse un poco.

En definitiva...

Me ha gustado...

La portada, que es muy llamativa y, una vez terminado el libro, adquiere significado.

Las reflexiones que hace el autor sobre temas como el amor, el sufrimiento o el duelo.

La forma que tiene Jason de reaccionar ante su situación me recordó al protagonista de Neverwhere de Neil Gaiman, un libro que disfruté muchísimo.

Puntuación

Portada: 4/ 5

Narración: 3 / 5

Estructura: 3,5 / 5

Personajes: 3 / 5

Romance: 2,5 / 5

Trama: 3,5 / 5

Final: 4 / 5

No me ha gustado

La pluma del autor no me ha convencido mucho, empezando por los diálogos y haciendo hincapié en la poca descripción del mundo que ha creado.

El ritmo de la historia es bastante irregular, siendo ágil al principio, lento en el desarrollo, y mejorando al final.

Exceptuando a dos secundarios, no he conseguido conectar con ningún personaje.

Puntuación final

       

  

★★★