.

Últimas reseñas Quedará el amor 40 abrigos y un botón Tostonazo Los incomprendidos De amor y de guerra No y yo

Reseña | Quedará el amor - Alice Kellen

Quedará el amor
de Alice Kellen


Género | Novela romántica
Editorial | Planeta
Fecha de publicación | Septiembre de 2024
Páginas | 400

La gran novela de Alice Kellen. Un amor tan intenso y cálido como una tarde de verano

El sol baña los acantilados y las aguas turquesas del mar de Cornualles cuando Jane Bellamy y Cedric Stone se conocen en el verano de 1939. No están destinados a ser una ecuación perfecta, pero son jóvenes y el amor lo arrolla todo a su paso. Así que esta historia comienza como otras muchas: él y ella se enamoran. Hay primeras palabras, primeras miradas y primeros besos. Y luego la guerra, la nada. Solo oscuridad. Todo cambia.

Años más tarde, en un hospital de Edimburgo, Margot Abbot sostiene en la mano un anillo que pertenece al paciente que dormita en la cama, Cedric Stone. Ella todavía no lo sabe, pero está a punto de abrir un baúl de recuerdos y descubrir qué ocurrió tras aquellos luminosos días de estío que quedaron atrás.

Sobre la autora Alice Kellen




Alice Kellen (Silvia Hervás) nació en Valencia en 1989. Es una enamorada de los gatos, el arte y las visitas interminables a librerías. Además, le encanta vivir entre los personajes y las emociones que plasma en el papel. Ha publicado 15 novelas, entre ellas Nosotros en la luna, El mapa de los anhelos, La teoría de los archipiélagos y Donde todo brilla, que han fascinado a más de 2.500.000 de lectores.




Fotografía de Jesús Ugalde en Planeta de Libros x 

Opinión personal

¡Hola, queridos ecos! Hoy os traigo la reseña de Quedará el amor, la última novela publicada de la mano de Alice Kellen. Pese a que el primer libro suyo que me leí —El mapa de los anhelos— no me entusiasmó, decidí darle una segunda oportunidad y me alegro mucho de haberlo hecho. Desde el principio me llamó mucho la atención la sinopsis de la obra y ha cumplido y superado mis expectativas. De hecho, estableciendo una comparativa entre ambas obras, he podido notar muchísima más madurez en la pluma de la autora. Tal vez porque, aunque en ambos se tocan temas delicados y sensibles, esta vez el tono que utiliza es mucho más sobrio, oscuro, realista y adulto.

Cedric Stone es un joven de 22 años que vive junto a su familia en una granja de Marazion, Cornualles. Durante el verano de 1939, llega al pueblo Jane Bellamy, una chica londinense de 21 años que está pasando los meses estivales en casa de su tía. Cuando el camino de ambos se cruzan, las chispas comienzan a saltar entre ellos y terminan enamorándose. 

Sin embargo, pronto deben volver a sus vidas; ella regresa a Londres y él se alista en el ejército junto a su hermano John. Comienza entonces una nueva etapa en la relación de Cedric y Jane: la correspondencia. Durante años se escriben cartas para hablarse de sus andanzas, de lo que les ocurre, de cuánto se echan de menos. 

Nos trasladamos a Edimburgo en 1996. Margot es una madre soltera que trabaja limpiando en un hospital. Allí conoce a Cedric, un anciano que ronda los 80 años y que ocupa una de las habitaciones. Un malentendido con un anillo consigue que ambos entablen una conversación. Con el pasar de los días. Cedric comienza a contarle su historia, la de un joven soldado que vio su vida truncada por la guerra. Poco a poco se van conociendo y dejan de ser extraños para convertirse en amigos. 

¿Qué ocurrió con el Cedric de 1939 que tenía toda la vida por delante y conoció un amor como ningún otro? ¿Qué fue de Jane, aquella chica apasionada de las matemáticas que le hacía sentir como si hubiera encontrado su lugar en el mundo?
 
Quedará el amor es una novela de 400 páginas. Como lo he escuchado en formato audiolibro, no sé exactamente cuántos capítulos tenía, solo que cada uno de ellos tenía un título y anunciaba el año y la localización. La obra, narrada en tercera persona y en pasado, cuenta con dos voces principales: Margot y Cedric; sin embargo, en las partes que hacen alusión a las cartas podemos leer el punto de vista de Jane. 

En cuanto a la ambientación, abarca desde los años cuarenta hasta mediados de los noventa. La acción tiene lugar entre Escocia, Inglaterra y Francia y la Segunda Guerra Mundial tiene un papel protagonista en la historia, puesto que en torno a ella y sus consecuencias se desarrollan los personajes de Cedric y Jane. No obstante, tienen mucho peso los años cuarenta, pero me hubiera gustado que los capítulos transcurridos en 1996 contaran con más referencias culturales, más allá de la música, que es el que más utiliza la autora para situarnos.

En cuanto al ritmo de la lectura es pausado, la trama se va desenvolviendo poco a poco, que es justo lo que demanda la historia. La autora se detiene muchísimo en narrar los años cuarenta, indagando en el padecimiento y el sentir de los personajes durante la guerra. En cuanto a la trama más actual, la de los noventa, avanza de manera ágil y genera el mismo interés que la del pasado. 

Una de las pocas cosas que me ha fallado de Quedará el amor es la pluma de la autora. Fue también uno de mis problemas con El mapa de los anhelos: en ocasiones, Kellen quiere embellecer tanto el lenguaje que al final termina siendo algo artificial y le resta verosimilitud al relato. Me ocurría en especial con los diálogos, los escuchaba y pensaba «esto es algo que solo podría decirse en un libro, no es una conversación natural y real». No obstante, estos momentos de fruncir el ceño no han sido demasiado abundantes y en general me ha gustado cómo la autora ha planteado la historia.
Los personajes de Quedará el amor son de los que se te quedan en el recuerdo por mucho tiempo que pase. Kellen los ha construido tan entrañables y humanos que es imposible no empatizar con ellos y sus vivencias. 

Años cuarenta

Cedric es el personaje al que más conocemos y, por consiguiente, del que más podemos percibir su evolución. Le observamos en una época dulce de su vida —cuando vive junto a su familia en la granja, el mismo año en el que conoce y se enamora de Jane—, seguimos sus pasos en la guerra a través de sus cartas y, por último, asistimos a su vejez. Ha atravesado muchas dificultades y, ahora, está encerrado en sí mismo y apenas comparte nada sobre su pasado con su familia. Es por eso que Margot es un soplo de aire fresco, una extraña con la que abrirse en canal y sincerarse. Con ella, no se siente juzgado y vuelve a ser él mismo. Gracias a sus conversaciones, puede quitarse un peso de encima y revivir los mejores momentos de su juventud.

Jane es una joven muy inteligente y perspicaz. Estudia Filología, pero su gran pasión son las matemáticas. Tiene muy buen corazón y sufre muchísimo cuando tiene que separarse de Cedric. A ella la conocemos en menor profundidad puesto que el libro no cuenta con capítulos bajo su perspectiva; no obstante, el relato permite que el lector se haga una imagen bastante nítida de su personalidad. Jane representa a todas aquellas mujeres que se quedaron en casa, con apenas noticias de sus novios, hermanos, padres... y la espera se les hizo eterna y angustiante.

Años noventa

Margot es lo que se conoce como «madre coraje». Con dos hijos, Peter y Anna, se las ve y se las desea para salir adelante. Por suerte, cuenta con la ayuda de Eleanor, su mejor amiga, que la ha ayudado a salir de las peores situaciones. Trabaja limpiando en el hospital donde conoce a Cedric y pronto consigue un segundo trabajo que le permite un poco de desahogo económico. A pesar de la dureza de sus vivencias, en ningún momento se ha endurecido; por el contrario, es una mujer muy abierta, tierna y comprensiva con los demás. En cuanto a sus hijos, se afana en tener una buena relación con ellos, aunque en ciertas ocasiones es complicado. 

Peter es uno de los personajes más interesantes. Como cualquier adolescente de trece años, tiene contestaciones fuera de lugar, es distante y frío con su familia y se comunica poco con su madre. Sin embargo, hay mucho de él por descubrir.

Anna, en cambio, me ha generado sentimientos encontrados. Me ha resultado un personaje muy artificioso, muy poco realista. Tiene nueve años y está constantemente haciendo preguntas «profundas y filosóficas»; no es una exageración, sus intervenciones son prácticamente reflexiones que no corresponden en absoluto a una niña de esa edad. Personalmente, me ha resultado insoportable y muy caprichosa, no he logrado conectar con ella.

Graham es el hijo de Cedric y es el personaje gracias al cual otra cara de Cedric, la del padre exigente y distante. Al principio Graham es arisco y escéptico, pero poco a poco la calidez de Margot empieza a dejar huella también en él. Gradualmente, comprende mejor a su padre, de quien necesita su constante aprobación, ya que nunca se siente suficiente para él. Me ha parecido un personaje muy bien construido que, con sus aristas, intenta mejorar y ser su mejor versión.

Eleanor, la mejor amiga de Margot, pese a ser un personaje secundario, sostiene en gran parte la trama. Margot es quien siempre escucha a los demás, quien está para todos, pero ella también necesita una persona de referencia, un hombro sobre le que llorar, alguien que esté para ella, y esa persona es Eleanor. Ojalá saber más sobre Eleanor porque me ha parecido indispensable para la historia y un personaje de los de quitarse el sombrero.
En cuanto a temáticas, aborda tópicos como el amor imperecedero, aquel que nos hace seguir adelante, que nos cambia para bien, que nos convierte en las mejores versiones de nosotros mismos. Ese amor que, pase el tiempo que pase, se queda con nosotros para siempre.

También trata la enfermedad, cómo nos afecta cuando somos nosotros quienes la sufrimos y cómo afecta a las personas a nuestro alrededor. En esta misma línea, Quedará el amor habla sobre la muerte, cómo afrontar la vida y vivir al máximo el tiempo del que disponemos. Se detiene especialmente en explorar cómo mirar al pasado sin que duela, cómo seguir adelante sabiendo que tú final está cerca. 
                                     La vida son instantes robados a la muerte.
La vejez y la soledad están muy presentes a lo largo del relato. Después de leer la novela te apetece acercarte a tus mayores y pedirles que te cuenten su vida, sus historias, verles recordar aquello que les ha hecho convertirse en quienes son hoy. Quedará el amor es, sobre todo, un libro sobre lo importante que es en la tercera edad tener a quien te escuche, que te dé valor, que vea más allá de tu edad e intente comprenderte.
—Temo el final y temo el olvido.                                                                                                 —Yo te recordaré.
Otros temas relevantes son la guerra y todo con lo que arrasa: familia, amores, amigos... Quien presencia y es parte de una guerra no vuelve a casa —si vuelve— siendo la misma persona que se fue. En torno al conflicto bélico también es remarcable el papel de la esperanza; sin ella, no tendrían nada a lo que agarrarse ni los soldados ni quienes les esperan.

Asimismo, me ha gustado mucho lo central que es la amistad en la historia; lo vemos con Cedric y Margot, así como con Margot y Eleanor. Sus amistades son el motor que les ayuda a seguir adelante, que les instan a seguir luchando.

Respecto al final me ha gustado que no ha ido a la lágrima fácil. Ha contado lo que tenía que contar y ha bosquejado perfectamente el destino de todos los personajes. Me he quedado con ganas de más, pero eso se debe a que le he cogido un cariño tremendo a todos los personajes. 
¿Acaso no habitamos todos lugares comunes? Cada vida comparte con otra anexos invisibles, estaciones de paso, incidentes ordinarios.
                             Si los besos son viajes, de aquel no sacaron billetes de vuelta.

                                       El dolor no envejece, tan solo muda de piel.
                                               Tú me salvas de los demonios.
                                          El amor debería ser así, una certeza.

 En esta vida hay pocas cosas que podemos elegir, pero ser honrados es una de ellas.

           Sigamos viviendo con los ojos cerrados, que siempre quedará el amor.
                                            Siempre hay belleza en la herida.
Una casa deja de ser una casa cuando empiezan a desaparecer las personas que vivieron en ella.
En definitiva...

Quedará el amor es una novela que refleja la madurez que ha adquirido la pluma de Alice Kellen. La autora, a través de una narración que combina diferentes tiempos, perfila la historia de un amor que se vio truncado por la Segunda Guerra Mundial. Lejos de ser una historia oscura, el libro logra conjugar a la perfección la oscuridad y la luz, el desaliento y la esperanza. Sus personajes están bellamente construidos, hasta el punto de que eres capaz de empatizar con todos, aunque no estés de acuerdo con algunas de sus decisiones. En cuanto a los temas tratados, destacan el amor imperecedero, la enfermedad y la muerte, la vejez y la soledad, la guerra y la esperanza y la amistad; todos ellos se abordan con detalle y de forma exquisita. El desenlace, por su parte, es idóneo para la novela; sin caer en la búsqueda de la lágrima fácil, desvela el destino de los personajes y te deja con ganas de seguir sabiendo sobre ellos.
Me ha gustado...

Cuenta con una rica y cuidada ambientación, que abarca los años cuarenta y mediados de los años noventa, en diferentes localizaciones.

El ritmo de la historia es pausado y da tiempo a conocer en profundidad los personajes y sus circunstancias. 

Los personajes están muy bien construidos y son entrañables; de hecho, quedan en el recuerdo durante semanas.

La novela trata numerosos temas y lo hace con respeto y mucha madurez: el amor imperecedero, la amistad, la guerra, la vejez y la soledad, la enfermedad y la muerte...

El final no va a la lágrima fácil y bosqueja el destino de todos los personajes. 


Puntuación

Portada: 5 / 5
Narración: 3,5 / 5
Estructura: 4 / 5
Personajes: 5 / 5
Romance: 4,5 / 5
Trama: 4,5 / 5
Final: 4 / 5

       
 No me ha gustado

La pluma de la autora me resulta en ciertos momentos un tanto superficial; quiere dotar al texto de tanta belleza que, en mi opinión, se pasa de tuerca y lo torna excesivamente estético. Al perder la historia verosimilitud, especialmente en algunos diálogos, me saca de la lectura.
El personaje de Anna no recuerda al de una niña de nueve años, está escrita de forma muy poco realista; sus preguntas me sacaron de quicio en más de una ocasión..................................

                                                                           
.......................

Puntuación final


No hay comentarios:

Publicar un comentario